西语阅读:《一千零一夜》连载三(11)

网络资源 Freekaoyan.com/2008-04-17

Al oír estas palabras, la joven derribó la sartén y salió por el mismo sitio por donde había entra­do, y el muro de la cocina se cerró de nuevo.

Cuando la esclava volvió de su desmayo, vio que se habían que­mado los cuatro peces y estaban negras como el carbón. Y comenzó a decir: “¡Pobres pescados! ¡pobres pescados!”, Y mientras seguía lamen­tándose, he aquí que se presentó el visir, asomándose por detrás de su cabeza, y le dijo: “Llévale los pescados al sultán.” Y la esclava se echó a llorar, y le contó al visir la historia de lo que había ocu­rrido, y el visir se quedó muy maravillado, y dijo: “Eso es verda­deramente una historia muy rara.” Y mandó buscar al pescador, y en cuanto se presentó el pescador, le, dijo: “Es absolutamente indis­pensable que vuelvas con cuatro peces como los que trajiste la pri­mera vez.” Y el pescador se dirigió hacia el lago, echó su red y la sacó conteniendo cuatro peces, que cogió y llevó al visir. Y el visir fue a entregárselos a la negra, y le dijo: “¡Levántate! ¡Vas a freírlos en mi presencia, para que yo vea que asunto es este!” Y la negra se levan­tó, preparó los peces, y los puso al fuego en la sartén. Y apenas habían pasado unos minutos, hete aquí que se hendió la pared, y apareció la joven, vestida siempre con las mis­mas vestiduras y llevando siempre la varita en la mano. Metió la varita en la sartén, y dijo: “¡Oh peces! ¡oh peces! ¿seguís cumplien­do vuestra antigua promesa?” Y los peces levantaron la cabeza, y can­taron a coro esta estancia:

¡Si tú. vuelves sobre tus pasos, nos­otros te imitaremos! ¡Si tú cumples tu juramento, nosotros cumpliremos el nuestro! ¡Pero si reniegas de tus com­promisos, gritaremos de tal modo que nos resarciremos!

En este momento de su narración, Schahrazada vio aparecer la maña­na, y se calló discretamente.

  PERO CUANDO LLEGÓ LA SÉPTIMA NOCHE

Ella dijo:

He llegado a saber, ¡oh rey afor­tunado! que cuando los peces empe­zaron a hablar, la joven volcó la sartén con la varita, y salió por donde había entrado, cerrándose la pared de nuevo. Entonces el visir se levantó y dijo: “Es esta una casa que verdaderamente no podría ocul­tar al rey.” Después marchó en busca del rey y le refirió lo que había pasado en su presencia. Y el rey, dijo: “Tengo que ver eso con mis propios ojos.” Y mandó llamar al pescador y le ordenó que vol­viera con cuatro peces iguales a los primeros, para lo cual le dio tres días de plazo. Pero el pescador marchó en seguida al lago, y trajo inmediatamente los cuatro peces. Entonces el rey dispuso que le die­ron cuatrocientos dinares, y volvién­dose hacia el visir, le dijo: “Prepara tú mismo delante de mí esos pes­cados.” Y él visir contestó: “Escucho y obedezco.” Y entonces mandó llevar la sartén delante del rey, y se puso a freír los peces, después de haberlos limpiado bien, y en cuánto estuvieron fritos por un lado, las volvió del otro. Y de pronto se abrió la pared de la cocina y salió un negro semejante a un búfalo entre los búfalos, o a un gigante de la tribu de Had, y llevaba en la mano una rama verde, y dijo con voz clara y terrible: “¡Oh peces! ¡oh peces ¿Seguís sosteniendo vues­tra antigua promesa?” Y los peces levantaron la cabeza desde el fondo de la sartén, y dijeron “Cierto que sí, cierto que sí.” Y declamaron a coro estos versos:

¡Si tú vuelves hacia atrás, nosotros volveremos! ¡Si tú cumples tu pro­mesa, nosotros cumpliremos la nuestra! ¡Pero si te resistes, gritaremos tanto que acabarás por ceder!

Después el negro se acercó a la sartén, la volcó con la rama, y los peces se abrasaron, convirtiéndose en carbón. El negro se fue entonces por el mismo sitio por donde había entrado. Y cuando hubo desapareci­do de la vista de todos, dijo el rey: “Es este un asunto sobre el cual, verdaderamente, no podríamos guar­dar silencio. Ademas, no hay duda que estos peces deben tener una historia muy extraña.” Y entonces mandó llamar al pescador, y cuando se presentó el pescador, le dijo: ¿De dónde proceden estos peces?” El pescador contestó: “De un estan­que situado entre cuatro colinas, detrás de la montaña que domina tu ciudad.” Y el rey, volviéndose hacia el pescador, le dijo: “¿Cuán­tos días se tarda en llevar a ese sitio?” Y dijo el pescador: “¡Oh sultán, señor nuestro! Basta con media hora.” El sultán quedó sor­prendidísimo, y mandó a sus solda­dos que marchasen inmediatamente con el pescador. Y el pescador iba muy contrariado, maldiciendo en secreto al efrit. Y el rey y todos partieron y. subieron a una montaña, y bajaron hasta una vasta llanura que en su vida habían visto ante­riormente. Y el sultán y los soldados se asombraron de esta extensión desierta, situada entre cuatro monta­ñas, y de aquel estanque en que jugaban peces, de cuatro colores rojos, blancos, azules y amarillos. Y el rey se detuvo y preguntó a los soldados y a cuantos estaban pre­sentes: “¿Hay alguno de vosotros que haya visto anteriormente ese lago en este lugar?” Y todos respon­dieron: “¡Oh, no!” Y el rey dijo: “¡Por Alah! No volveré jamás a mi capital ni me sentaré en el trono de mi reino sin averiguar la verdad sobre este lago y los peces que encierra.” Y mandó a los soldados que cercaran las montañas, y los soldados así lo hicieron. Entonces el rey llamó a su visir. Porque este visir era hombre sabio, elocuente, versado en todas las ciencias. Cuan­do se presentó entre las manos del rey, éste le dijo: “Tengo intención de hacer una cosa, y voy a ente­rarte de ella. Deseo aislarme com­pletamente esta noche y marchar yo solo a descubrir el misterio de este lago y sus peces. Por consi­guiente, te quedarás a la puerta de mi tienda, y dirás á los emires, visires y chambelanes: “El sultán está indispuesto y me ha mandado que no deje pasar a nadie. Y a ninguno revelarás mi intención.” De este modo el visir no podía desobedecer. Entonces el rey se dis­frazó, y ciñéndose su espada, se escabulló de entre su gente sin que nadie lo viese. Y estuvo andando toda la noche sin detenerse hasta la mañana, en que el calor, demasiado excesivo, le obligó a descansar. Des­pués anduvo durante todo el resto del día y durante la segunda noche hasta la mañana siguiente. Y he aquí que vio a lo lejos una cosa negra, y se alegró de ello y dijo: “Es probable que encuentre allí a alguien que me contará la historia del lago y sus peces.” Y al acercarse a esta cosa negra vio que aquello era un palacio enteramente construido con piedras negras, reforzado con gran­des chapas de hierro, y que una de las hojas de la puerta estaba abierta y la otra cerrada. Entonces se ale­gro mucho, y parándose ante la puerta, llamó suavemente; pero como no le contestasen, llamó por segunda vez y por tercera vez. Des­pués, y como seguían sin contestar, llamó una cuarta vez, pero con gran violencia, y nadie contestó tampoco. Entonces se dijo: “No hay duda; este palacio está desierto.” Y en seguida, tomando ánimos, penetró por la puerta del palacio y llegó a un pasillo, y allí dijo en alta voz: ¡Ah del palacio! Soy un extranjero, un caminante que pide provisiones para continuar su viaje.” Después reiteró su demanda por segunda y tercera vez, y como no le contesta­sen, afirmó su corazón y fortificó su alma, y siguió por aquel corredor hasta el centro del palacio. Y no encontró a nadie. Pero vio que todo el palacio estaba suntuosamente revestido de tapices y que en el­ centro de un patio interior había un estanque Coronado por cuatro leones de oro rojo, de cuyas fauces brotaba un chorro de agua que semejaba de perlas y pedrería. En torno veíanse numerosos pájaros, pero no podían volar fuera del palacio, por impedírselo una gran red tendida por encima de todo. Y el rey se maravilló al ver aquellas cosas, aunque afligiéndose por no encontrar a alguien que le pudiese revelar el enigma del lago, de los peces, de las montañas, y del pala­cio. Después se sentó entre dos puertas, y meditó profundamente. Pero de pronto oyó una queja muy débil que parecía brotar de un corazón dolorido, y oyó una voz dulce que cantaba quedamente estos versos:

¡Mis sufrimientos ¡ay! no he podi­do ocultarlos, y mi mal de amores fue revelado!... ¡Y ahora el sueño se aparta de mis ojos para conver­tirse en insomnio constante!


相关话题/

  • 领限时大额优惠券,享本站正版考研考试资料!
    大额优惠券
    优惠券领取后72小时内有效,10万种最新考研考试考证类电子打印资料任你选。涵盖全国500余所院校考研专业课、200多种职业资格考试、1100多种经典教材,产品类型包含电子书、题库、全套资料以及视频,无论您是考研复习、考证刷题,还是考前冲刺等,不同类型的产品可满足您学习上的不同需求。 ...
    本站小编 Free壹佰分学习网 2022-09-19